Vivimos en un mundo visual. Nos bombardean a diario con imágenes por todas partes. Publicidad en la televisión, en las revistas, en las calles. Nos taladran tan a fondo los ideales de belleza que acabamos asumiéndolos como propios. Nos lo creemos con tanta fuerza que muchas personas acaban pareciendo iguales: mismo maquillaje, misma ropa, mismo pelo, etc. En cierto modo perdemos un poco del individuo para estar más cerca de la masa, para ser aceptados, para ser deseados incluso por nosotros mismos.
Yo casi nunca me maquillo y cuando lo hago me limito a usar pintalabios y remarcar un poco los ojos, y un buen día tengo que escuchar que un cualquiera me suelte: «Sin maquillar no vales nada». En ese momento solté una carcajada porque él nunca me había visto maquillada y solo lo decía para menospreciarme. Vamos, todo un encanto. Pero aquella frase se me quedó grabada y me hizo preguntarme si nuestro valor estético está únicamente sujeto a algo que no depende de la belleza personal. Dependemos del maquillaje, tintes, fijadores, secadores, planchas, rizadores y una infinidad de cosas más.
«Sin maquillar no vales nada».
Juraría que la expresión es que todo bebé nace con un pan bajo el brazo, no con gomina y sombra de ojos. Y los que dicen que «Dios nos hizo a su imagen y semejanza» qué creen que opinará su dios al ver que ocultamos nuestro aspecto bajo una máscara. ¿En qué momento dejó de importar la belleza natural? ¿Qué tiene de real conquistar a alguien si por la mañana al ducharse va a mudar la piel?
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| Una gran iniciativa, fotografías «al natural» de famosos. |
Al ver fotos del antes y el después de una modelo, por ejemplo, me da por preguntarme:
«¿Cuántas mujeres creen que nunca serán tan perfectas como una modelo?»
«¿Cuántas podrían alcanzar esa "perfección" si tuvieran al mismo maquillador?»
«¿Cuántos complejos existen por manchas en la piel, bolsas en los ojos o pelo indomable?»
«¿Cuántos podrían eliminarse si desapareciese la publicidad y los retoques fotográficos?»
Recuerda siempre estos cuatro puntos:
1. Un rostro bonito lo es con o sin maquillaje.
2. Los complejos no se eliminan pintando encima.
3. Cualquiera puede tener una «cara pefecta» con peluquería y maquillaje profesionales. Igual que puedes ser azul como en Avatar, rojo como en Hellboy o verde como la bruja de El mago de Oz.
4. Todas las personas, maquilladas o sin maquillar, valemos mucho más de lo que creemos.
Un abrazo,
Nemea
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