Cáncer de mama: 19 de octubre.

Un mes después del día internacional contra el cáncer de mama, he decidido hablar al respecto. No voy a hablar de lo clásico, creo que a estas alturas todas las mujeres deben saber que hay que hacerse revisiones periódicas y palparse en casa por si se nota algo extraño, ya sea por el color, el tacto o el dolor. 

Como uno de los objetivos fundamentales de crear este blog fue los complejos que tenemos en cuanto al pelo, he decidido hablar sobre los efectos de la quimioterapia y su forma de afectar a la mujer en su relación con el cabello. 

Pasas por una experiencia traumática como es un cáncer y, cuando parece que estás ganando la guerra, te dicen que por culpa del tratamiento vas a perder el pelo. Algunos te aconsejan que te rapes, así no lo verás caer mechón a mechón y tú te miras al espejo y piensas: lo que me faltaba, mirarme cada día al espejo y recordar que es una lucha constante. Ni una mañana de paz. 

¿Por qué es tan angustioso tener que raparse la cabeza? Si el efecto de la quimioterapia fuera un crecimiento extremo del cabello, ¿nos preocuparía? ¿Por qué nos afecta tanto nuestra imagen? Tal vez sea una bobada, pero creo que si más mujeres se lanzasen a raparse, el impacto en estas situaciones sería menor. A veces da la sensación de que si eres mujer y no tienes pelo o bien estás enferma o eres lesbiana o vete tú a saber, cuando este estigma social podría eliminarse simplemente con un atrevimiento por parte de más mujeres.

Puedes ser preciosa lleves el pelo como lo lleves y no tenemos que sentir lo contrario en ningún momento. Da igual qué circunstancia te lleve a alterar tu aspecto, es tuyo y de nadie más. Algunas se tapan con un pañuelo o una peluca, eso tampoco quiere decir que se avergüencen o que intenten ser de otra forma. Os sorprendería saber cuántas personas llevan peluca y nadie lo sabe. 

Hoy quiero ser rubia, mañana seré morena y los sábados me pongo de pelirroja. Las pelucas son muy versátiles y puede llegar a ser muy divertido cambiar de una forma tan radical el aspecto cada día. 

He vivido el cáncer muy de cerca, no solo el de mama, y he visto cómo puede llegar a afectar a las personas. Dejando a un lado que la batalla por la vida es diaria, cuesta mucho ser fuerte cuando todos te miran con: pena, condescendencia y lástima. Puede ser muy frustrante darte cuenta de que todo el mundo sabe que estás enfermo sin que hayas dicho nada. 

Si no fuera tan raro cambiar así de look, no costaría tanto pasar por ello. Por eso muchas personas se solidarizan con sus familiares o amigos con cáncer y deciden raparse al mismo tiempo. El apoyo que reciben con un gesto tan simple ayuda a que su lucha sea más llevadera. 

Ojalá el pelo no significase tanto en esta sociedad. Nadie lo pasaría mal por la calvicie, nadie se avergonzaría por sus canas, algunos dejarían de ocultar que se tiñen el pelo, otros cambiarían su peinado con menos miedo y, por supuesto, no sería una consecuencia negativa de la quimioterapia, solo sería una consecuencia más. 

Recuerda siempre estos cinco sencillos consejos:

• Quiere a tu cuerpo lo suficiente como para revisarte a ti misma cada pocos días.
• Quiérete tanto que las revisiones del médico sean un alivio como ir a un balneario.
• No dejes que nadie te mire con lástima, puedes luchar y puedes ser fuerte, hasta cuando tus fuerzas flaquean o tu imagen pasa por una mala racha. 
• No te escondas ni sufras por lo que la gente pueda pensar. 
• Ninguna enfermedad debe arruinar la imagen que tienes de ti misma. Estás perfecta independientemente del aspecto que tengas o el estilo que quieras llevar.

Os dejo como reflexión un corto de Paco León que se titula «La vuelta a la tortilla». Espero que lo disfrutéis y que más de una se anime a llevar las riendas de su apariencia sin tener en cuenta lo que está más aceptado socialmente.

Quiérete y cuídate,

Nemea