Todo el mundo opina

En esta época de fiestas y reuniones familiares ha salido más de una vez en las conversaciones mi decisión de cambiar radicalmente. Me ha sorprendido bastante que sean precisamente las más jóvenes de la familia las que me han dicho que estoy loca. 

Por un lado, mi tía de más de 60 años me dijo que si es lo que me apetece que no me deje convencer por nadie. Ella ha pasado por mil colores de pelo y ahora ha decidido dejarlo blanco, en lugar de taparse las canas. 

Sin embargo, en la franja de entre 18 y 30 años han resultado estar las personas más críticas con mi decisión. Cabe destacar que justo son las que tienen el pelo más largo y que rara vez han cambiado su estilo. También me he dado cuenta de que una de ellas, la más joven, tiene cientos de miles de fotos con sus amigas y todas son idénticas. ¿Dónde está la belleza en ese grupo? ¿Dónde están las diferencias que nos hacen únicos? 

Todo el mundo opina, no solo en mi decisión, también en la de mi primo que ha decidido dejarse el pelo largo. ¿Qué problema hay con querer cambiar? No son ellos los que se van a ver distintos al mirarse al espejo, ni son ellos los que van a sentirse distintos en la ducha, pero aun así todos nos atrevemos a juzgar a los demás.

Jessie J antes y después de raparse la cabeza.

¿Pasa lo mismo cuando eres famoso? Por un lado, los habrá que critiquen y publiquen artículos rozando lo ofensivo. Desde decidir quiénes son los peor vestidos hasta sacar con una lupa los defectos físicos y maximizarlos en un intento de que la gente de a pie se sienta mejor o ridiculizar esos fallos ante la mirada pública. 

Por otro lado, muchas veces se piropea a las celebrities por tener el valor de romper los moldes de la belleza clásica. Desde las que rapadas por exigencias de un guión, como Natalie Portman en V de Vendetta o Demi Moore para La teniente O'Neil, hasta las más actuales que han decidido darle un nuevo toque a su estilismo como Natalie Dormer o Gisele Bündchen. 

Natalie Dormer posando para GQ.

Natalie Dormer como Cressida, Los juegos del hambre 3: Sinsajo.

¿Qué les dirían sus familiares antes de hacerlo? ¿Habrán pasado un mal rato leyendo críticas negativas o se habrán quedado con los artículos que las tachan de valientes y preciosas? Lo importante es que si ellas pueden posar y cargar el objetivo de la cámara con su erotismo quiere decir que todas podemos salir a la calle ignorando completamente lo que digan de nuestras decisiones.

Gisele Bündchen antes y después de cambiar su peinado.

Gisele Bündchen posando para Balenciaga con un nuevo corte de pelo.

¿Tú también opinas?

Nemea